Madrugar en Latorrecilla tiene estas recompensas. La bruma del valle realza el paisaje y al fondo podemos ver el Macizo de Monte Perdido. Los tulipanes los sembramos hace dos años y son muy agradedecidos como flores de primavera.
Fijaros en la luz y el color y dedirnos de donde sale la mágia de esta foto. Nos gusta , aún sin saber exactamente por qué.
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