Luisa Castillo. Leyendo en la cocina al poeta Vicente Sánchez. |
Tarde de domingo relajada. Ibón y Gemma se han ido a comer con el equipo de fútbol de La Fueva. "Guantes", uno de nuestros gatos se ha dedicado a las relaciones públicas y suponemos que ha estado con unos clientes de Lécera ( Zaragoza) que ya estuvieron hace un tiempo en Casa Lanau, y con los que hizo buenas migas. El otro gato, "Boira", ha pasado la tarde durmiendo, como un señor, junto al fuego. Luisa ha encontrado tiempo para repasar un escrito en fabla argonesa sobre el libro publicado por el poeta Vicente Sánchez, PAIS DESIERTO, editorial Círculo Rojo. Releidos y comentados algunos poemas. Recuerdos, muchos recuerdos.... (Esto lo dejo para otro rato, no caben aquí los años de estudios de magisterio, las correrías por Huesca, los días en estas montañas dedicados a la repoblación forestal, las excursiones por La Solana, la poesía, siempre la poesía... etc). Por mi parte, he dedicado un buen rato a no hacer nada. Cultivar la pereza y el fantaseo. (Esto también lo dejo para otro rato, no ha lugar referir tanto como se puede imaginar una tarde de ocio, siesta incluida.)
A ultima hora, cuando ha regresado Ibón, hemos sabido que el equipo de La Fueva ha empatado y que la paella estaba muy buena. Nos recuerda que la semana próxima viaja hasta Asturias para participar en un curso de tratamientos apícolas ecológicos. Casi nada.
Un rato lo hemos dedicado a elaborar almendras garrapiñadas. Gran debate en esta cocina. No nos hemos puesto de acuerdo sobre si este es un postre de cuna aragonesa o es internacional, osea , de cualquier parte.
Al final, y paladeando esta esquisitez tan sencilla, parece que ha surgido el acuerdo basado en la evidencia. Las almendras garrapiñadas son postre aragonés. Por lo menos el que hemos hecho esta tarde. Almendras variedad " Guara", agua de la fuente de Crapamote, azúcar de las próximas Navarra y /o Rioja, miel de "Mis amigas las abejas", la mano que las elabora y la mesa a la que van destinadas es aragonesa. Todo es de aquí... O sea. Las Garrapiñadas son postre tipico de Aragón. Y punto.
¿ Y por qué contamos esto? Muy sencillo. No hemos encendido la tele en todo el dia, hemos leído junto al fuego, recordado a los amigos, hablado de poesía y de relatos en aragonés, conversado como novios, descansado sin más. Todo esto en la cocina, nuestro pequeño senado particular. Son aspectos importantes a la hora de mantener un cierto sosiego y empezar la semana de buena manera.
Si es preciso, los próximos días, con imaginación renovada, incluso hablamos del gobierno.
Ahora, a dormir.
Garrapiñadas de Mis amigas las abejas. Postre típico aragonés. |
Estar ahí como hace décadas, con vosotros, ahora en forma de versos. No se puede estar más cerca ni tener mayor privilegio.
ResponderEliminarLeer las falordias de Luisa hablando de “País desierto” y quedarte sin palabras, emocionado, agradecido, inundado de recuerdos.